En el artículo de hoy hablamos de el maestro y una de las funciones que desempeña; la de modelo y referente a seguir por los alumnos. Sin ningún lugar a dudas también en el terreno emocional.
Los maestros y profesores, después de los padres y las madres, representan el segundo modelo más importante en la vida de un niño o una niña. No es necesario recordar nuevamente que ser un modelo conlleva una responsabilidad muy seria puesto que los alumnos tienden a reproducir lo que ven en sus referentes educativos. Teniendo en cuenta su rol de líder dentro del aula, el maestro debe ser consciente de que sus comentarios, sus comportamientos y hasta su manera de vestir no pasarán en absoluto desapercibidos para los alumnos sino que, por el contrario, ejercerán un poderoso atractivo o un fuerte rechazo en ellos.
Índice de contenidos
El maestro y su influencia positiva.
Para que el profesor tenga una influencia positiva en los alumnos y sea un modelo emocional poderoso, es importante que tenga en cuenta alguna de las siguientes rápidas y concisas sugerencias:
- Tenga una visión positiva de las emociones. Considere que las emociones no son ni algo malo, ni secundario, ni opuesto a lo racional sino que son imprescindibles para la adaptación exitosa del alumno.
- Reserve los primeros 15 o 20 minutos de la mañana para “tomar el pulso emocional” al grupo de alumnos: observe cómo llegan al colegio -alegres, inquietos, tristes, enfadados, asustados-, converse con ellos de las cosas aparentemente más triviales y muestre interés por las emociones que están experimentando en ese momento inicial de la jornada.
- Utilice cualquier situación para generar vínculos afectivos con sus alumnos puesto que éstos facilitan los aprendizajes.
- Presente las actividades de forma lúdica con el fin de crear expectativas en los alumnos que favorezcan el aprendizaje.
- Participe también usted de manera activa en las actividades que les proponga a ellos; no permanezca de manera pasiva observándoles o realizando otra actividad.
- Resuelva los conflictos de forma asertiva a través del diálogo y la negociación.
- Sea coherente en sus comportamientos. Haga realmente lo que dice, especialmente cuando se trata de gestionar las emociones, puesto que los niños aprenderán lo que realmente hace y no lo que dice que hay que hacer. Si dice que para resolver conflictos hay que estar tranquilo y no gritar, no debería responder con gritos a sus alumnos cuando le hagan enfadar.
- Pida perdón cuando se equivoque.
- Cree un clima de aula tranquilo.
- Sea comprensivo con el comportamiento de los niños, especialmente de los más pequeños y desfavorecidos por la razón que sea.
- Manifieste hacia ellos su apoyo de forma habitual.
- Dígales de vez en cuando a sus alumnos que les quiere.
- Dé confianza y seguridad ante cualquier indecisión o duda que manifiesten los alumnos
- Evite todo tipo de etiquetas que puedan herir la autoestima de los niños.
- Potencie actividades que favorezcan la autonomía de los alumnos.
- Establezca un número adecuado de límites y normas que queden perfectamente claros para los niños.
- .Establezca consecuencias proporcionadas para las normas que no se cumplan.
- Favorezca que los niños puedan hablar de sus sentimientos y emociones de manera habitual: “Cuéntame por qué estás triste…”.
- Transmita que las emociones son algo que es necesario experimentar y manifestar: “Llora si lo necesitas y luego hablamos”; “enfádate si quieres un rato y luego lo hablamos”.
- Legitime las manifestaciones emocionales que no hagan daño ni molesten a nadie pero no permita los comportamientos violentos y destructivos: “Te puedes enfadar pero no tienes derecho a pegar a los demás”.
- Ayude a los niños a verbalizar sus sentimientos: “Entiendo que estés enfadado porque no has podido ir a jugar a casa de Juan”
- Medie para que los niños traduzcan en un lenguaje apropiado lo que sienten: “Quizás ‘eres tonta’ significa que estás muy enfadado y que no sabes cómo decirlo… ¿Buscamos un modo de expresarlo mejor?”
Las tres estrategias emocionales del docente
En resumidas cuentas, vaya convirtiéndose en el día a día de su aula en un pequeño experto en el manejo de estas tres estrategias emocionales básicas: reconocer las emociones, regular las emociones y comunicar las emociones. Si usted se convierte en un ejemplo de cómo se manejan estas tres estrategias conseguirá que sus alumnos:
- SIENTAN, es decir, tengan el placer de sentir y la habilidad de reconocer las diversas emociones.
- DISFRUTEN, esto es, aprendan a regular sus emociones y tengan la satisfacción de disfrutarlas y no de padecerlas.
- COMPARTAN, de tal modo que expresen a los demás la riqueza de su mundo emocional de manera respetuosa y creativa.
Más sobre el papel del maestro como modelo emocional.
- La Inteligencia Emocional en el profesorado.
- La inteligencia emocional de los alumnos empieza por la de sus profesores.
- Las emociones básicas como contenido fundamental de la educación emocional.
Y hasta aquí llega el artículo de hoy dedicado al maestro como modelo emocional, espero que te haya resultado ameno e ilustrado de alguna manera. Si tienes algún comentario, duda o sugerencia, no dudes en dejarla más abajo, prometo contestar a todo. Muchas gracias por haber llegado hasta aquí y te dejo con más artículos de el blog de Doctor Viso dedicado a la innovación educativa, los procesos de aprendizaje y la inteligencia emocional.