Esta pandemia nos ha pillado a todos con el paso cambiado. De repente, una nueva vida. Todos o casi todos confinados en casa. Encerrados a cal y canto. Y entre las personas que permanecen confinadas de una manera más férrea, dos grupos: las personas mayores y los niños.
En esta situación es importante que los padres y madres observen a sus hijos para descubrir aquellas señales que delaten que los hijos están viviendo esta situación de confinamiento y de pandemia con elevado nivel de ansiedad. Para descubrir esto, es necesario observarlos de manera sosegada, meticulosa y concienzuda con el fin de detectar cuanto antes las posibles señales de alarma.
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Observar a tus hijos es lo primero y más importante
La primera y más importante medida que deben adoptar los padres y madres es la observación de sus hijos/as. Podemos realizar muchas tareas durante el confinamiento pero no podemos renunciar a observar a nuestros hijos. Que el confinamiento no nos distraiga de una tarea sencilla pero esencial durante el período de confinamiento. Observa si el estado de ánimo de tus hijos ha cambiado bruscamente durante estos días y si este cambio se está prolongando más de lo habitual. Observa si su tono de voz habitual ha cambiado, si excesivamente fuerte o débil, excesivamente exaltado o apagado.
Analiza si presenta cambios significativos en su lenguaje corporal: si se irrita con facilidad y muestra ademanes muy agresivos, si manifiesta reacciones corporales que indiquen nerviosismo (morder, arañar, golpear…). Observa si su respiración, en lugar de respirar por la nariz de manera sosegada y con inhalaciones largas y prolongadas, se caracteriza por ser una respiración breve y de inhalaciones y exhalaciones cortas y agitadas realizadas con la boca.
Estas señales, manifestadas a través de estos canales (lenguaje corporal, respiración, tono de voz…), que son los canales predilectos de expresión de las emociones y, por tanto, los más difíciles de controlar y disimular, te van a dar unas pistas claras de que tu hijo o tus hijos están viviendo con ansiedad esta situación de crisis y confinamiento. Es necesario que, como padre o como madre, abordes la situación.
Consejos necesarios en esta situación.
Algunos de los siguientes consejos te pueden ayudar a afrontar la ansiedad que están viviendo tus hijos. Y si todavía no se ha presentado, te pueden ayudar a prevenirla.
1.- Haz preguntas abiertas y escucha.
Invítales a hablar. Evita que sus emociones se queden dentro de ellos. Averigua cuánto saben sobre el tema de la epidemia, del coronavirus, los datos de la enfermedad. Seguramente te sorprendan. Parece que no se enteran pero escuchan las noticias con tanta atención como nosotros o más. Anima a tu hijo a que hable tranquila y abiertamente de todo lo que sabe y, sobre todo, de todo lo que le preocupa. Si no lo hace de manera espontánea, la conversación puede surgir cuando hagáis la tarea juntos o cuando estéis viendo una película o compartiendo alguna actividad como cuentos, dibujos, manualidades, etc.
Empatiza todo lo que puedas con sus preocupaciones. No minimices sus miedos y temores. Tranquilízale diciendo que es normal sentir miedo, sorpresa y tristeza en estas situaciones y que tú también lo sientes. Préstale una atención total cuando te cuente lo que lleva dentro. Que tu capacidad de atención y tu comprensión dejen abierta la puerta para una segunda conversación.
2.- Sé sincero.
Los niños también tienen derecho a toda la información pero los adultos tienen la responsabilidad de no generar en ellos miedo, desconfianza e inseguridad a la hora de informarles. Utiliza un lenguaje adecuado a su edad y observa sus reacciones para ver qué nivel de ansiedad estás generando en él cuando le estás informando. Si generas ansiedad, tranquilízale y dale seguridad. Pregúntale si le apetece seguir hablando del tema. Observa continuamente sus reacciones corporales y del rostro para averiguar si le estás asustando por algún motivo. No te inventes las contestaciones o los datos cuando no conozcas la respuesta a alguna de sus preguntas. Si lo no sabes, aprovecha la ocasión para investigar y buscar la respuesta juntos. Cuando busquéis información, enséñale a hacerlo en fuentes de información fiables y de reconocido prestigio: Unicef, Cruz Roja, Organización Mundial de la Salud, etc.
3.- Enséñales cómo protegerse.
Revisa con ellos las normas de seguridad básicas y enséñales o realizarlo de una manera correcta: lavarse las manos; evitar tocarse la cara; aprender a toser y estornudar en el codo, haciendo el vampiro. Explícales de manera serena que te indiquen si sienten fiebre, se encuentran mal, han perdido el gusto o el olfato o tienen dificultad para respirar. Tranquilízales diciendo que les cuidaréis y que no se tienen que asustar.
4.- Dales seguridad.
Durante estos días, los niños ven muchas imágenes en la televisión. Los niños más pequeños no distinguen tan fácilmente las imágenes de la televisión de las imágenes reales y pueden llegar a creer que el daño es inminente y terrible. Tranquilízales. Genera oportunidades para que jueguen y se relajen. Organiza rutinas para que estudien, se diviertan y se relajen. Es importante que adquieran rutinas de relajación sobre todo antes de ir a dormir. Explícales que deben estar en casa porque es más seguro para ellos y para sus amigos. Insiste en el tema de la seguridad. Explícales que entiendes que estar en casa tanto tiempo es pesado, difícil y aburrido, pero que es lo más seguro para ellos y sus amigos. Insiste en el concepto de seguridad porque es una necesidad psicológica fundamental que ellos tienen y entienden perfectamente.
5.- Busca ejemplos positivos de gente que está ayudando.
Estos días se ven muchas imágenes en la televisión continuamente. Comparte con ellos historias de sanitarios, trabajadores, científicos, que están trabajando muy duro para que todos estemos bien. Es importante que caigan en la cuenta de que existe gente que se está ayudando mutuamente en estas situaciones. Que existe gente muy generosa, valiente, responsable. Puede servirle de ánimo el ver que hay gente, sobre todo si es joven y cercana a ellos en la edad, que está ayudando, que está haciendo bien su trabajo para salvar a todos los demás.
6.- Concluye las conversaciones con cariño.
Asegúrate que no se quedan con estrés después de hablar con ellos. Para asegurarte, observa su lenguaje corporal, su tono de voz, su respiración. Recuérdales que pueden hablar contigo siempre que quieran o lo necesiten, en cualquier momento del día. Recuérdales que estás ahí, siempre disponible. En educación, no hay que dar nada por descontado. No des nada por hecho. Aunque saben que estás ahí y te lo ven todos los días, recuérdales que estás siempre disponible.
Por tanto, recuerda estas siete palabras para prevenir y afrontar los momentos de ansiedad de tus hijos: 1) observación; 2) conversación; 3) sinceridad; 4) protección; 5) seguridad; 6) positividad; 7) cariño.
Y hasta aquí llega el artículo de hoy, espero que te haya resultado ameno e ilustrado de alguna manera. Si tienes algún comentario, duda o sugerencia, no dudes en dejarla más abajo, prometo contestar a todo. Muchas gracias por haber llegado hasta aquí y te dejo con más artículos de el blog de Doctor Viso dedicado a la innovación educativa, los procesos de aprendizaje y la inteligencia emocional.