Qué hago


Una visión del mundo, la vida y el aprendizaje

Vivir es cambiar. Solo el que cambia disfruta de la vida, y solo cambia el que tiene la voluntad de aprender a adaptarse. En eso consiste la inteligencia, en la capacidad para resolver los problemas que le impiden a uno adaptarse y disfrutar de la vida. Y para ello no existe otro camino que ponerse en la disposición de aprender: aprender siempre, aprender de todo y aprender de todos.


Todos deberíamos organizar nuestra vida en torno a estos dos verbos: disfrutar y aprender. Y así, sacarle el máximo provecho a la vida.Disfruta el que vive en paz con las propias emociones, el que hace treguas constantes con lo que siente, y sabe saborear esos momentos de gloria. Aprende el que no se conforma con lo que ya sabe y lo que ya es, sino que intuye que podrá disfrutar aún más aprendiendo a vivir de otra manera.

De niños, deberíamos aprender mucho, y aprenderlo bien, y para eso son necesarios buenos maestros que nos inicien en este noble proceso encendiendo la llama de nuestra inteligencia. De niños, sea en las casas como en las escuelas, deberíamos aprender a disfrutar y a aprender. Lo demás, viene solo. De adultos, deberíamos seguir aprendiendo, y convertirnos, si llega el caso, en nuestros propios guías, o incluso en maestros de otros, disfrutando del reparto de lo que aprendimos, pero sin dejar nunca de caminar y aprender, buscando siempre, y bebiendo, a veces, los sabrosos jugos que esconde esto que llamamos vivir. De mayores, deberíamos tener el tiempo y el gusto de saborear lo aprendido, y mirar orgullosos cómo siguen caminando y bebiéndose la vida nuestros hijos y nuestros alumnos.